Investigadores del centro de nanotecnología IMEC, en Bélgica, crearon el primer procesador elaborado a partir de miles de transistores orgánicos o plásticos. La característica más relevante del procesador es su flexibilidad, la cual se contrapone a la rigidez de los procesadores de silicón que actualmente se utilizan en los dispositivos electrónicos. Esta flexibilidad permitirá que este tipo de procesadores se utilice en lugares en donde no se pueden emplear procesadores de silicón como en productos de consumo diario. Por lo tanto, se podría combinar con una pantalla orgánica y crear un sistema desechable para mostrar el estado de caducidad de productos empaquetados.
El procesador funciona a una velocidad muy baja, sin embargo los investigadores consideran que esto puede ser mejorado y podría utilizarse en algunos años.
Technology Review: The First Plastic Computer Processor (en inglés) {jcomments on}